"Necesito ayuda, me siento sola. No puedo soportar más el dolor de ser quien soy. Cada vez me siento peor y no puedo detener la angustia. Estoy tan decepcionada de mí misma que quisiera morirme. He intentado entrar en razón de mil maneras, pero nada me sirve. Sigo enganchada a mi adicción".
Posiblemente, llegado a este punto has invocado todo lo sagrado en ti y sientes que lo has traicionado. Te sientes arrastrado por la angustia y no encuentras donde agarrarte. A continuación te doy unas sencillas indicaciones.
1. Identifica cual es los objetos de tu adicción.
¿Con qué te anestesias? ¿Con qué huyes o miras de controlar la realidad? Escríbelo en una hoja. Si es más de una cosa, haz una lista detallada. Si sobre la marcha se te ocurre alguna otra cosa, puedes añadirlo. Durante el tiempo en que vas a hacer el trabajo que te propongo, no puedes hacer ninguna de estas cosas.
2. No hagas nada para detenerlo, solo acógelo.
Esto que has escrito no son pegas que ahora debas controlar por arte de magia por medio de tu voluntad, sino aspectos que te abren a la conciencia de que solo con tu voluntad no basta.
No hay nada malo en ti, así que estate tranquila. Ni lo estás haciendo mal, ni lo estás haciendo bien. No es el momento de juzgarte, ni ahora ni después, ni tampoco de sentirte bien o mal, eso ahora mismo da igual.
El malestar está ahí, pero el problema no es el malestar, sino la idea de que deberías controlarlo. En este momento
el malestar eres tú. Si niegas el malestar, te niegas a ti misma, y si te niegas a ti misma no puedes respirar, ni existir, y eso hace que el malestar vaya
in crescendo, porque no tiene espacio para expresarse adecuadamente.
El objetivo ahora mismo es
abrazar tu malestar para que pueda autoregularse.
3. No te hagas promesas que no puedes cumplir.
Quizás sientas que has hecho algo imperdonable o intolerable, y te sientes tan defraudada contigo misma que solo la promesa de que vas a compensarlo en la misma medida te parece soportable. Abandona esa idea, porque es absolutamente imposible.
No hay nada que pueda reparar tu falta, porque
tu falta también eres tú, y no hay nada que pueda desagraviarte de ser tú misma, porque aunque puedas hacer cosas inadecuadas,
no eres una persona inadecuada. Eres la persona que eres.
Entonces, el objetivo ahora
no es cambiar con un chasquido de dedos y convertirte en quien no eres.
4. Prioriza aquí y ahora tu recuperación.
Lo que
sí puedes hacer es comprometerte en tu recuperación, aquí y ahora. Da igual que antes no lo hayas hecho, da igual que después no lo vayas a hacer. Solo importa que en este momento sí lo hagas. Es todo lo que necesitas.
Necesitas espacio y tiempo, así que toma medidas para conseguirlo o simplemente no podrás detener la avalancha. Como se suele decir, no le podemos pedir peras al olmo. Si estás leyendo esto, es que este lugar de recuperación se está despertando en tu corazón. No dejes de leer y seguir los sencillos pasos que te indico.
5. Entra en el espacio de sanación.
Si tienes wifi, prueba por ejemplo con escuchar esta preciosa
música relajante. Nada que hagas obrará por sí mismo el milagro a tu recuperación, ninguno de estos pasos lo hará, pero si creará el contexto para que esto ocurra.
Hay una diferencia entre ser "mala persona" y ser una persona que "está mala". Tú estás mala, y necesitas reconocerlo para poder sanar. Se trata de compasión hacia ti misma, pues quien hace todo lo que puede, no está obligada a más.
Por lo tanto, necesitas un contexto de sanación: ponte música, sal a pasear, siéntate en un parque, ve a la playa, haz meditación, etc. Lo que consideres que sea lo más
generoso que puedas hacer para contigo misma en este momento.
6. Disponte a sanar.
La voluntad está destinada al fracaso, porque alimenta la idea de que
"yo controlo", cuando no es así. En este sentido, es necesario "tirar la toalla" para tener la humildad de estar en disposición de recibir la ayuda necesaria. Nadie puede hacer lo que no puede hacer. Tú también tienes tus límites.
Hay un dicho que dice
"las penas con pan, son menos", pues aquí te decimos
"las penas entre iguales, son menos". Reconocer lo que te ocurre te llevará a descubrir que no estás sola. Hay un plan de ayuda bien estructurado que ha sanado a muchas personas antes que tú. Solo por hoy, valora la idea de que comenzar tu camino de recuperación.
7. Vuelve a casa.
Volver a casa significa convertirte en la persona adulta que tu niña/o interior necesita para sentirse reconocida, aceptada y amada incondicionalmente. No te asustes, todo llegará en la manera y la medida en que a ti te resulte sostenible. La intención es aprender a amarte, no a cambiarte. La cosa no va de autocontrol, sino de autoaceptación.
A continuación te informo de nuestro servicio. No tienes porqué hacerlo con nosotras. Ahora bien, hazlo con alguien. Nuestra experiencia nos muestra que solas no podemos, porque una no puede cambiar un problema con la misma mentalidad que la creó, y si esta mentalidad está en nosotras, necesitamos poder confiar en alguien más que no seamos nosotras mismas, o no saldremos de ahí.
El programa que hemos diseñado surge de la necesidad de acoger casos en que las relaciones
afectivas comportan un sufrimiento inusual. Para lo
cual proponemos
sesiones individuales presenciales o online, así como un
grupo terapéutico
en el cual atender los vínculos que
establecemos, no solamente con
otras personas, sino también con la vida y con nosotras mismas. Sigue los enlaces habilitados, y si tienes más dudas, puedes contactar escribiendo a
gaede@gaede.cat
Próxima convocatoria
Presentación del Grupo de Agenciamiento Afectivo 2019 - 2020
(8ª convocatoria)
Lugar: Taller 14 (1ª planta) del
Ateneu L'Harmonia – C/ Sant Adrià, 20. Barcelona.
Día y hora: 13/09/2019 de 17:30 a 19:00
Programa: Consulta este enlace
Contribución: Entrada libre
A cargo de: Sergi Ferré Balagué
Se requiere solicitar participación escribiendo a
gaede@gaede.cat
Otros artículos relacionados: