Papá
¿Ser mi propio padre? Cuando somos niñas, se esperaría de nuestras cuidadoras que nos validaran en todas nuestras posibilidades para despertar de adultas la capacidad de validarnos en toda nuestra vulnerabilidad. Pero a veces eso no es posible y capacidades innatas en cada una quedan sin desarrollar, e incluso negadas e escindidas de nuestra personalidad. Por ejemplo: Yo, Sergi, soy el que nunca va a viajar solo, porque sin duda se perderá o no se sabrá defender por sí mismo. Por lo tanto yo, Sergi, soy el que se supeditará a los sueños de las demás para compensar el no hacerme cargo de los míos. El hecho que sintamos una resistencia enorme hacia ciertos aspectos posibles (viajar, separarnos, estar solas, fracasar, etc.), nos muestra ciertamente que en nosotras hay un deseo enorme de vivir estas experiencias. Curiosamente, la vida nos lleva a hacer todas y cada una de las cosas que nos decíamos que seríamos incapaces de llevar a cabo. Los miedos de cada una son el desti...