El ciclo de la violencia

Extracto del libro “Amor y violencia” de Pepa Horno. Comentarios en cursiva de Sergi Ferré.

"La violencia es el uso intencional de la fuerza física, amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad que tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia un traumatismo, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte." OMS

Al analizar las relaciones afectivas que subyacen al maltrato, es importante reflexionar sobre por qué las víctimas de maltrato prefieren una relación maltratante a no tener la relación. Hay dos factores importantes que están incidiendo:

1) El ciclo de la violencia. Aumento de la tensión, incidente de agresión, y amabilidad y arrepentimiento, que dificultan la conciencia de la víctima sobre la violencia (*) y activan sus mecanismos de disonancia cognitiva (**) para justificar las agresiones recibidas. Las agresiones no suelen ser graves al principio de la violencia, el agresor o agresora esperan hasta estar seguros de su posición de poder y de la dificultad o la imposibilidad de la víctima para reaccionar.

*) El ciclo de la violencia implica que hay momentos de escalada de la tensión, momentos en que el menosprecio y la desvalorización se hacen evidentes, y momentos en que la persona se arrepiente y nos hacen creer que las cosas pueden ser de otra manera. Nosotras tendemos siempre a recordar solo esta última fase, en que las cosas aparentemente podrían ir bien, pero olvidamos que sencillamente se trata del punto de partida de un nuevo ciclo violencia.

**) Las distorsiones cognitivas son engaños del cerebro. Como por ejemplo, presuponer que una sabe lo que piensan o lo que quieren las demás mejor que ellas mismas (“Ha cortado conmigo pero en realidad no quería hacerlo”.)

2) La base afectiva del desarrollo. Las víctimas prefieren tener una "mala relación" de la que se sienten parte, de la que adquieren parte de su identidad personal y social, a no tenerla, porque entonces sienten que no son "nada" porque no existen para nadie. La dinámica de violencia en la relación les ha convencido de la exclusividad de la relación, anulando otras, les ha hecho creer que no podrán ser queridos de nuevo con a misma intensidad y profundidad que no son merecedores de otra cosa. Si no se les da una alternativa de relación vincular y una posibilidad de reconstrucción de su identidad personal no se puede esperar que rompan la relación vincular violenta. 

P. Horno (2009): “Amor y violencia. La dimensión afectiva del maltrato”. Ed. Desclée de Brouwer. Bilbao.

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