¿Debo empezar una terapia?

En vuestros comentarios nos relatáis relaciones desiguales que os mantienen enganchadas, dificultades para sentiros bien con vosotras mismas e integradas en un entorno afectivo, y muy frecuentemente demandas de ¡socorro, me siento sola! Estos patrones se corresponden con la codependencia o dependencia emocional, relaciones narcisistas, neurosis y otras dificultades en el ámbito afectivo y en la gestión de la propia sensibilidad.

¿Me lo estoy inventando?

Una de las principales dificultades que presenta una configuración afectiva patológica (del griego pathos: padecer) es que no es visible como podría ser una dolencia física. Al quedar rezagada a un ámbito íntimo (psicológico) podemos pensar que no es tan importante, que ya pasará, que ha sido mala suerte, que "con solo que consiga alguien que esté por mí", "con solo que le ponga voluntad"... Así es como, sin darnos cuenta, contribuimos a cronificar la situación, acomodándonos en la idea de que algún día se hará justicia. Mientras estemos en la dinámica de buenos y malos, inocentes y culpables, mejores y peores, etc., estaremos atadas al dolor. Nos podemos encontrar con una configuración emocional opresiva, pero cuando lo hacemos consiente, podemos darle una respuesta propia.

¿Estoy enferma?

Hablamos de configuraciones inconscientes que se activan de manera automática y que se agravan con el paso del tiempo. Nuestro cerebro es un órgano más, que, como en el caso del hígado en el consumo excesivo de alcohol, se debilita al permanecer expuesto a situaciones de ansiedad continuada. El reconocimiento de que se padece un trastorno afectivo nos permite al mismo tiempo la humildad necesaria, no solo para pedir ayuda, sino también para desarrollar la parte de nosotras que nos pueda ayudar. Pero mientras nos mantengamos en el discurso de "yo controlo", "lo mío no es tan grave", "invertir en terapia es tirar el dinero", "sigo sin cambiar nada pero esperando que todo cambie", etc., seguimos sin arrimar el hombro ni ponernos al servicio de lo que la misma patología nos requiere.

¿Por qué tengo yo que apechugar si es el otro que se ha portado mal conmigo?

Nuestro servicio está destinado a dar herramientas para la gestión de patrones afectivos disfuncionales, sea cual sea el papel que se haya asumido en la obra. El bucle autoculparse o de culpar al otro, nos mantiene en una dinámica de recriminación, de satisfacción inmediata, desde la que resulta muy difícil asumir responsabilidades, recibir ayuda y entrar en un proceso que va a requerir tiempo.

Mientras nos mantengamos en el discurso de la culpa, la acusación, la venganza, el "hacer justicia", seguiremos viviéndonos a través de nuestras expectativas, de manera intolerante: Amando(nos) cuando se cumplen, odiando(nos) cuando no es así, exigiendo perfección ¿Desde qué punto de vista aparece este conflicto que nos mantiene divididas y enganchadas en la idea de que todo depende de nosotras? Lo único que sí está en nuestra mano, que nos llevaría a desarrollar un proceso terapéutico, es ponernos esta situación delante y empezara trabajar con ella. Esto nos permitiría explicitar patrones inconscientes que supongan un cambio sustancial en nuestra manera de relacionarnos. Pero para eso, cada una tenemos que arremangarnos.

Mantenernos en la acusación, a mí mismo o al otro, promueve que sigan proliferando las relaciones narcisistas, porque no nos estamos deteniendo aún a realizar un cuestionamiento personal desde la aceptación y el respeto a los límites. Las relaciones de codependencia en base a un patrón narcisista es una grave patología que concierne a todas las partes implicadas. Por lo tanto, el primer paso una vez diagnosticado este patrón, es trabajar el contacto 0 en la terapia, ya que es harto improbable resolver un problema desde la misma mentalidad que lo ha creado. Al mismo tiempo, se realiza un proceso pausado y amoroso de reconexión emocional.

¿Cuándo dar este paso?

En ocasiones la persona fabula con la idea de hacer terapia pero realmente aún no está dispuesta a cuestionar su patrón, lo cual es muy comprensible. Suele pasar que solicite visita muy convencida y que unos días después lo reconsidere y la acabe anulando. Posiblemente no sea la primera vez que lo intenta, y cada vez se va convenciendo más a sí misma de que nadie la puede ayudar. No es fácil darse esta oportunidad, normalmente partimos de una autoestima muy deteriorada, de haber vivido en situaciones dolorosas, y nos cuesta mucho confiar en otras personas. Es bueno no presionarse ni generar grandes expectativas ¿Qué pasa por intentarlo un día? ¿Qué podría perder que fuera irrecuperable? ¿Qué podría pasar si me decidiera a dar este nuevo paso?

¿Dónde realizar la terapia?

Nosotras te ofrecemos a continuación nuestra propuesta terapéutica, pero puedes decidir iniciar tu proceso de recuperación en donde consideres apropiado para ti. Procura que se trate de un servicio especializado en donde se te ofrezca una explicación razonable a lo que te está pasando. También que pueda dotarte de herramientas para ejercer una contención adecuada a la compulsión, que te permita poner fin al ciclo de maltrato y reconectar emocionalmente contigo misma. Siempre de manera amorosa, paciente y respetando tus límites.

¿Qué es el agenciamiento afectivo?

En GAEDE hemos desarrollado el concepto terapéutico de agenciamiento afectivo. Nuestro programa surge de la necesidad de acompañar procesos en que las relaciones afectivas comportan un sufrimiento inusual. Para lo cual proponemos sesiones individuales especializadas, así como un grupo de agenciamiento afectivo con el que trabajar los vínculos que establecemos, no solamente con otras personas, sino también con la vida y con nosotras mismas. Hemos publicado un libro que esperamos sea de utilidad a todas las personas interesadas.

¿Cuál es la recomendación?

El sufrimiento emocional es una grave patología que hay que intervenir activamente, destinando todo el tiempo y recursos necesarios. Es tu vida la que está en juego, aunque no lo veas, aunque no lo creas ¡Pregúntale a tu cuerpo! Una terapia no es la panacea, no es la solución, sino la manera de posibilitar esa solución que ha de darse en la vida de cada una. Es importante no presionarse y respetar el ritmo que se acuerde. El momento indicado es el momento en que empezamos, no antes ni después.

© Sergi Ferré Balagué, 2018. Associació GAEDE. Revisado 19/05/2021.

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