Curso de Enrique Eskenazi: Reflexiones sobre el alma

"Reflexiones sobre el alma" es un curso impartido por mi maestro de psicología analítica Enrique Eskenazi, en Barcelona, en el 2008. Quedó registrado y hoy os lo puedo compartir con el propósito de facilitar un marco adecuado con el atender los síntomas que nos convocan (dependencia emocional, adicciones, neurosis, etc.) Consta de 12 sesiones, que os introduzco y comento una a una. Un viaje para entender desde dónde nos acercamos a quiénes somos, pues es lo que acaba determinando nuestras vidas.


¿Para qué realizar este curso?

En mi práctica terapéutica, me doy cuenta de lo importante que es el compromiso de cada una con su propio proceso, para que la apertura se dé desde dentro de la persona misma, desde su propia hipótesis existencial, sin añadirle ni quitarle nada.

Tendemos a ver la "sanación" como la otra cara de la "enfermedad", por lo que puedes estar en un lado o en el otro, poniéndote constantemente a prueba: Quién esté enfermo es porque no se ha esforzado lo bastante. De este modo, parecería que hacer un curso de autoestima fuera lo mismo que tener autoestima ¿Es así? ¿La cosa va de echarle más voluntad? Los testimonios que he recibido, han sido: "He probado de todo, y llegado el momento, me sigue pasando lo mismo". La idea en la persona de estar dividida (sana/enferma, buena/mala, fracasada/exitosa, etc.) sigue intocada, conflictuándola a cada paso. Entonces, ¿desde qué ideas nos acercamos a quiénes somos?

Según Enrique, «no hay nada más democrático que la verdad, porque la verdad no te pide que seas ni así ni que seas asá, no está reservada ni para los que sufren ni para los que no sufren, sino que es accesible para cualquiera que se interese por ella. Ahora bien, interesarse por la verdad, requiere poner de lado por un momento tus intereses particulares.» Este es el punto de inicio para un honesto análisis de los presupuestos que hay en cada uno, que son los que determinan nuestra vida.

La verdad duele, pero suele ser cierta, y más duele vivir en el autoengaño. Los síntomas neuróticos apuntan a la necesidad de cortar con el cordón umbilical que nos mantiene atados a queridas expectativas. De esa manera nacemos también psicológicamente, o sea, desde y para nosotros mismas. Este es el trabajo que realizo las sesiones terapéuticas y el curso que te facilito ahora es un recurso que, indirectamente, puede darte un nuevo marco de entendimiento.

¿De qué trata?

Según Enrique, «es un diálogo con la historia de Occidente», sobre el acontecer de la psique. Pero, ¿Qué tiene que ver esto con mi dependencia emocional? Todo. Llevo un buen rato pensando como argumentar esta afirmación, pero creo que solo podrías entenderlo si también hubieras hecho el mismo viaje que se propone aquí. Solo se me ocurre decirte: Hazlo y sabrás.

Como alumno suyo que fui, en una época en la que no estaba para nada por la labor, te aseguro que Enrique tiene la capacidad de hacer fácil lo difícil. Es un maestro excelente y apasionado. Reflexionar sobre el desarrollo del alma psíquica, te permitirá un marco de comprensión mucho más amplio del que ahora te puedas imaginar, en el cual poder identificar las ideas a través de las cuáles estás viviendo. Por que ¿Qué son tus síntomas, sino una expresión de ideas aún no confrontadas?


Acceso al curso

Te aconsejo un estudio cronológico y ordenado, porque Enrique va sumando conceptos y vas a necesitar saber lo que dijo en la anterior clase para entender la siguiente. Es un viaje que de tomártelo en serio y llevarlo hasta al final, descubrirás entonces que ya no eres el mismo que lo empezó.















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Comentarios

  1. Fui alumna de Enrique pero no te recuerdo. Inolvidable su generosidad intelectual y su nivel. Y sus maravillosas clases.

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  2. Totalmente de acuerdo.

    A mí también me ocurre, no recuerdo muchas cosas circunstanciales de ese momento, pero sí recuerdo, o mejor dicho, en mí se recuerda continuamente, todo lo por él sembrado, que es un motor incesante por llevar adelante su pensamiento, no como un recuerdo, sino como la vocación de seguir pensándolo cada vez con mayor profundidad, incluso más allá de donde él lo dejó.

    Este es el legado de Enrique, no meramente sus clases, sino el espíritu que de ellas se destila.

    Gracias

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